Un carnaval tranquilo, soleado y energetizante.

Alemania esta hoy sumida en una cortina de lluvia fina y suave. Y mi ventana está llena de gotitas de lluvia que parecen pequeños universos esperando a desmoronarse para llevarse a otros a su paso. Yo soy igual que las gotitas de mi ventana: siento que dentro de mi hay varios universos y que, según toque uno u otro día, chocan entre ellos y me confunden.

Asi sucedió, por ejemplo, este último lunes. La diferencia entre este y otro lunes es que este era el gran lunes de carnaval (7 de marzo) también conocido como 'Rosenmontag' por estas tierras (o lo que es igual : disfrazes, alcohol, tumulto y juerga). Entre los carnavales más conocidos de  Nord-Rhein Westfalen (uno de los estados federados de Alemania y en el que yo me hallo ahora mismo) esta el de Colonia (Köln) o 'la ciudad perfumada', como a mi me gusta llamarla.

Colonia en Carnaval. 

(Foto original en: http://www.dondeviajar.net/)

Colonia es una ciudad preciosa y yo ya me recorrí sus calles en más de una ocasión en el pasado pero este lunes la cosa era diferente. Las calles de Colonia se llenaban de miles de personas de todo el estado y de fuera de el (se esperaba a más de un millón y medio de personas el lunes) y habia una gran procesión de 7 kilómetros que recorría la ciudad con carrozas como estas :

http://religionsbehoerde.wordpress.com/2011/03/08/karneval-2011-wahl-bester-motivwagens/

 

El juego de cartas de Gadafi se titulaba esta. [http://religionsbehoerde.wordpress.com/2011/03/08/karneval-2011-wahl-bester-motivwagens/]

 

 

El caso es que yo estaba más o menos preparada para asistir, me habia comprado una especie de gorro gatuno en una tiendina de segunda mano y me iba a maquillar gatunamente también, pero de mañana, se me cruzaron los cables, empecé a pensar en el mogollón de gente que iba a haber y en mi ansiedad que afloraba por momentos.... y decidí tomar otro rumbo. Y mientras miles de personas se agolpaban en los trenes para irse a Colonia, yo me tomaba un U-Bahn (asi se llaman los metros de Bochum) ,más vacío que nunca, en dirección a uno de los parques de Bochum. Me cogí mi mochilina, metí un par de bocadillos, las cámaras, dos libros, una toalla y las ganas... y me fui a buscar un sitio verde en el que reposar un rato y estar a mi aire. Y lo conseguí.

El parque es conocido como Stadtpark Bochum y tiene un lago y una cascadina muy prestosos. Como todo el mundo estaba en los carnavales, el sitio estaba casi casi a mi entera disposición, lo cual hizo mucho más placentera la visita.

Mis amores.

El puentín y la primavera que ya se deja apreciar en los árboles.

El lago que centelleaba.

El descanso del guerrero (en esti casu, guerrera)

Y asi pasé un par de horas, leyendo, escuchando a Pink Floyd y  fotografiando la vida animal que a mi alrededor se pavoneaba de su majestuosidad (cisnes, patos, conejinos pequeños...). Me dejé energetizar por los rayos del sol durante un tiempo sin reloj alguno que marcase la hora (aunque dicho sea de paso, yo nunca llevo ninguno) y llegué a casa toda contenta.

La ansiedad me desmotiva y me aleja de poder irme a los carnavales, sí.
Pero esto es una partida de ajedrez y yo estoy marcándole un jaque mate en toda regla.
Así que tiempo al tiempo. Y a disfrutar.